Preguntas Frecuentes
Por lo menos una o dos veces al año, con el fin de mantener una rutina de limpieza adecuada de nuestros dientes, que nos asegure eliminar todos los residuos y prevenir enfermedades. Así podremos asegurar una bella sonrisa que combine con todo.
Tres veces al día es la frecuencia óptima del cepillado de dientes, es decir, después de cada comida. Sin embargo, como mínimo se estipula una frecuencia de dos veces diarias con un cepillo de cerdas suaves.
Para inculcar el hábito a los más pequeños, es recomendable hacer del cepillado dental un juego: cantar una canción durante el proceso, explicarle el procedimiento, contarle una historia… La práctica se convertirá en una parte esencial de su día a día.
Sustituya el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses, o antes si se las cerdas se desgastan. Un cepillo de dientes desgastado no servirá para limpiar los dientes. En el caso de los niños, es importante tener en cuenta que debe utilizarse un cepillo de cerdas blandas.
En Prisma recomendamos usar el hilo por lo menos una vez al día, para así evitar cualquier enfermedad que pueda crearse como consecuencia de la acumulación de bacterias y restos de alimentos. El hábito permite reducir las posibilidades de caries dental o de infecciones en las encías. En realidad, el hilo dental puede usarse más de una vez al día, siempre evitando el sangrado o el dolor en las encías. En el caso de los más pequeños, en el mercado existen productos suaves y de más ligero desliz, que evitan la excesiva fricción del hilo con la encía.
La buena posición y mordida de los dientes hace que duren más, se facilita la higiene oral y se presentan menos enfermedades en la boca. Además mejora la apariencia de la persona y por ende la autoestima ya que unos dientes torcidos o deteriorados afectan la imagen y hacen que la persona se vea de más edad.
Lo normal es que a los 2 años, de forma que se les pueda ir enseñando el autocepillado y se hagan revisiones periódicas para hacer seguimiento a la evolución dental de los ñiños. Esta es además una manera de enseñarles a que se responsabilicen desde pequeños de la importancia de tener una adecuada salud oral.
No se puede decir que haya una edad establecida para iniciar los tratamientos de ortodoncia. Lo ideal es que la persona acuda a sus revisiones de forma que el odontólogo pueda identificar los casos de mal posiciones, pudiendo así establecer el tratamiento adecuado en caso de ser necesario.
Entre las enfermedades más comunes están las caries, que son zonas dañadas de forma permanente en la superficie de los dientes y se convierten en pequeñas aberturas u orificios. Seguida de la gingivitis (inflación de las encías) y problemas de oclusión. Las dos primeras se pueden solucionar con una buena higiene oral desde pequeños y revisiones periódicas al odontólogo, y la tercera pasa por evaluar la posibilidad de realizar o no un tratamiento de ortodoncia.
Para muchos la visita al odontólogo implicaba un proceso doloroso y poco agradable, pero los procedimientos han evolucionado y hoy en día son muchas las herramientas como la sedación que puede aplicarse en niños y en adultos sin problema, y les permite estar durante los procedimientos más tranquilos y relajados sin perder la conciencia.
Para muchos la visita al odontólogo implicaba un proceso doloroso y poco agradable, pero los procedimientos han evolucionado y hoy en día son muchas las herramientas como la sedación que puede aplicarse en niños y en adultos sin problema, y les permite estar durante los procedimientos más tranquilos y relajados sin perder la conciencia.
La única agremiación que puede certificar a un ortodoncista es la Sociedad Colombiana de Ortodoncia, que es avalada por la World Federation of Orthodontist.
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